viernes, 24 de febrero de 2017

¿Naufragará la Unión Europea?




    Diversos acontecimientos ocurridos recientemente ponen en tela de juicio y situación crítica la evolución y hasta la propia existencia de la UE. Las perspectivas señalan 2017 como un año crucial por los vaivenes a que estará sometida la Organización.
    La salida de Gran Bretaña con su compleja negociación prevista antes de terminar el primer trimestre, será el primero de los desafíos que habrán de afrontar ambas partes. Partidos populistas y nacionalistas, mayoritariamente de extrema derecha, proliferan en muchos Estados miembros que propugnan imitar el ejemplo británico, y en los próximos meses tendrán ocasión de verificar el apoyo electoral de que disponen a través de las consultas convocadas en el caso de Francia en marzo, de Holanda en mayo y de Alemania en septiembre. Si en algunos de estos países lograsen presentarse como alternativa de gobierno, bien en  solitario, bien en coalición, sería como un torpedo en la línea de flotación del sistema europeo, trabajosamente elaborado a lo largo de los últimos sesenta años. Incluso entra dentro de lo probable que Italia se sume a la celebración anticipada de nuevos comicios en el mismo año.
    En los cuatro países actúan formaciones políticas que van del euroescepticismo a la eurofobia; los cuatro tienen en común el propósito de divorciarse de Bruselas.
    Otro acontecimiento desestabilizador  lo constituye la llegada masiva de refugiados procedentes de  países en guerra, especialmente de Siria, con más de cinco años de guerra civil que ha provocado la huída de millones de personas de toda edad y condición, y se han encontrado, con la excepción de Alemania, con el rechazo y el levantamiento de barreras fronterizas para cerrarles el paso a pesar de hallarse en situación de extremo desamparo.
    Cronológicamente el primer problema serio que se le presentó a la UE fue el de la crisis económica desencadenada en 2008 y aún no resuelta. Su tratamiento político y económico causó serias discrepancias. El triunfo de la tesis alemana frente a la francesa originó en muchos miembros del Sur una profunda recesión acompañada de fuerte endeudamiento y déficit que dieron lugar al rescate de Portugal, Grecia e Irlanda, con las consiguientes consecuencias negativas de paro y recortes sociales que cebaron el malestar  y el disgusto de las clases más vulnerables.
    La partida de nacimiento de la UE tiene la fecha del  25 de marzo de 1958 en que la Conferencia de Roma puso en marcha el proyecto. Con el nombre de Mercado Común,  que sucesivamente se cambió por la  denominación de Comunidad y Unión con el adjetivo añadido de Europea. Comenzó con seis Estados fundadores  y actualmente la forman 27 después de que Inglaterra causase baja.
    El proyecto nació con el propósito de que Europa no se viera más envuelta en nuevas guerras como las que  estallaron en 1914 y 1939, y responde a un modelo que no tiene precedentes conocidos. No es una confederación de Estados ni un Estado federal, ni una unión aduanera, si bien contiene elementos propios de los tres modelos que se han ido incorporando sobre la marcha en sucesivas reformas consensuadas
    Como toda obra humana, y más tratándose de armonizar opiniones, deseos e intereses de un colectivo integrado por tantos partícipes, no carece de fallos, debilidades y controversias. Entre sus puntos de sombra son reseñables los siguientes: a) la excesiva reglamentación de actividades comerciales, sobre todo en materia de bienes de consumo; b) el retraso en conseguir la unificación de la política exterior que da lugar a posiciones distintas de los socios y convierten a la comunidad en un gigante económico y  un enano político; c) la rigidez de la normativa sobre política económica con los baremos de deuda pública, déficit fiscal e inflación junto con la ausencia de limite del desempleo; d) omisión entre las funciones del BCE de vigilar la tasa de paro como hace la Reserva Federal de EE.UU.; e) haber implementado la eurozona con su moneda única sin haber establecido antes la unión bancaria y fiscal que tanto ha perjudicado a los socios más débiles.
    Los logros conseguidos son muchos y variados y bastaría uno, el principal, para justificar su existencia: haber mantenido la paz durante sesenta años, un período sin  precedentes. Se pueden enumerar el refuerzo del Estado de bienestar y la democracia, la aportación al incremento del comercio mundial y especialmente el intracomunitario, la supresión de las fronteras internas, ser el primer donante de ayuda al desarrollo y combatir el hambre en los países más pobres.  El saldo es claramente favorable y lo que cabe esperar es seguir progresando sobre la base de lo hecho.
    Pese a la importancia de los asuntos que generan fricciones, sería deseable que los responsables, interpretando el sentir de los pueblos que representan, alcancen fórmulas de consenso para salvar el cabo de las tormentas sin que la nave zozobre. Porque la alternativa es demasiado arriesgada y pondría en peligro la paz, la prosperidad y el bienestar de los europeos y su vacío en el mundo sería irrellenable. Sería como volver a los tiempos que precedieron  a la I y II Guerras  Mundiales, y ya sabemos como terminaron.
    Por otro lado, desmontar  la obra realizada en los sesenta años de vida se antoja demasiado complejo. Se han estrechado relaciones, instituido organismos y vinculado múltiples intereses. Al tratarse de una comunidad política supraestatal con personalidad jurídica propia, cuenta con bandera (12 estrellas sobre fondo azul),  lema (unida en la diversidad) e himno (compuesto de la 9ª sinfonía de Beethoven).
    Sus órganos de gobierno son: la Comisión, Tribunal de Justicia, Tribunal de Cuentas, Banco Central Europeo cuyos responsables no son elegidos democráticamente. Solo cumple este requisito el Parlamento cuyas facultades deberían reforzarse para que sea un auténtico poder legislativo.
    Seamos optimistas y confiemos en que a la UE le queden muchos años por delante  y que siga su marcha hasta convertir  en realidad  el sueño de los padres fundadores que era el de crear los Estados Unidos de Europa.

1 comentario:

Marcos dijo...

Interesante reflexión. Quizá uno de los mayores problemas de fondo en la UE es que su utilidad no está clara para una gran parte de su población (ya sea por ignorancia o por desafección), algo que será clave resolver por parte de quienes la defienden si no quieren que sus enemigos acaben teniendo el poder de lincharla.