domingo, 5 de julio de 2015

Abanico salarial



Resultado de imagen de salary    Uno de los principales motivos de la profunda desigualdad social que padecemos en España es la disparidad de las rentas salariales. El otro proviene de las rentas del capital. Las primeras muestran variaciones extremas como se expone a continuación.
    El salario mínimo interprofesional vigente está fijado en 645 euros mensuales (y muchos trabajadores, tras la reforma laboral de 2012, cobran menos de dicha cantidad). Frente a esta realidad los sueldos más elevados registran una diferencia abismal y pueden sobrepasar los 10 millones de euros anuales como es el caso del que perciben los altos directivos de las sociedades del Ibex 35. Si se incluyen otros complementos relacionados con el cargo, la suma se dispara. Sirva de ejemplo Juan María Nin, exconsejero delegado de Caixabank, antigua Caja de Ahorros y Pensiones, que tras desempeñar el cargo durante seis meses se embolsó 16,49 millones por todos los conceptos.
    No tengo nada contra la gente que gana mucho dinero; lo que me subleva es que haya gente que gane tan poco. Y esta rebeldía aumenta si la tendencia dominante es a agrandar las diferencias como ahora ocurre. El pasado año los directivos de las empresas del Ibex 35 subieron sus retribuciones más del 10%, en tanto las de los empleados descendieron el 0,6%.
    El origen de la disparidad retributiva arranca del Estatuto de los Trabajadores, aprobado en 1995 por el Gobierno de Felipe González que, en su artículo 1º excluye de su regulación al personal de alta dirección que se rige por el R D. 1382/1985 relativo a los contratos especiales de trabajo convenidos libremente entre las partes. La libertad de contratación establece diversas formas de remuneración: sueldo fijo, bonos por complemento de objetivos, asignación a fondo de pensiones, y fijación de indemnización, a menudo millonaria, en caso de despido. De hecho, en la práctica, todo esto da lugar a abusos mil, mírese por donde se mire.
    En principio parece lógico que habiendo un salario mínimo, debería haber también el máximo. Durante la I República hubo una iniciativa en tal sentido, pero la propuesta no prosperó; recientemente, en Suiza se intentó limitar la retribución máxima, mas un referéndum al que son tan aficionados los suizos, tumbó el proyecto,
    Los teóricos del tema admiten que se trata de algo difícil de delimitar como es calcular la aportación de un directivo a su empresa, pero de ningún modo lo es aplicar criterios de racionalidad y equidad para determinar un tope. Un principio a tener en cuenta sería limitar la remuneración a un número concreto de veces en que el salario máximo podría contener el mínimo o el sueldo medio de todos los empleados. Hoy por hoy, el múltiplo varía enormemente de unas empresas a otras. Un reportaje del diario EL País Negocios del 5 de mayo detalla la retribución de la persona mejor pagada y la media del conjunto de los empleados en las sociedades que cotizaron en bolsa en 2014, expresiva de la desigualdad salarial. La cifra máxima de la primera es, como hemos dicho, 16,49 millones y la media de la misma empresa, 81.383 euros, respectivamente. Hay casos más llamativos como el de Inditex donde los importes son 9,5 millones y 22.134 euros. En este caso, el presidente ganó 431 veces más que la media de sus empleados. ¿A quién puede parecerle justo el reparto? Reducir la brecha salarial debería ser uno de los principales objetivos de la Responsabilidad Social Corporativa de las empresas. Las autoridades tienen la palabra.

No hay comentarios: