La democracia es un sistema político que
admite variantes en su plasmación práctica, sin que ninguna pueda tildarse de
antidemocrática, si bien algunas resisten mejor que otras el contraste con los
valores que la equidad y la ética demandan.
Aun cuando seamos conscientes de que ningún
sistema carece de imperfecciones, es bueno que intentemos acercarnos todo lo
posible a la perfección. De lo contrario, el tiempo se encargaría de degradar
la aplicación de las normas a través de prácticas fraudulentas por parte de
quienes dedicándose a la función pública tienden a ejercerla en provecho
propio. No se plantean qué pueden hacer por su país sino qué puede hacer su
país por ellos.
Velando por el prestigio de la clase
política y a la vez por la salud de nuestra democracia, creo que podrían
corregirse muchas disfunciones si se regularan determinadas actividades
públicas y más concretamente las relacionadas con la labor de los diputados.
Sería también deseable actualizar la normativa de otras que han devenido
obsoletas o manifiestamente mejorables por alejarse del espíritu de la época o
de la justicia y equidad. He aquí una lista de reformas pendientes que en modo
alguno se pretende que sea exhaustiva, y que me gustaría ver incorporadas a los
programas de los partidos políticos con vista a las próximas elecciones
generales. Considero que sería una notable aportación a la regeneración
política de la que tanto se habla.
I.
De regeneración democrática.
1. Prohibir que un político ostente más de un cargo retribuido.
2. Regular de forma restrictiva las puertas giratorias de
los altos cargos.
3. Sancionar el transfuguismo.
4. Dar mayor transparencia y publicidad a las cuentas de
los partidos políticos.
5. Exigir primarias para la elección de candidatos.
6. Exigir la dimisión de un político cuando sea imputado
o investigado, separando las responsabilidades políticas de las penales o
civiles.
7. Limitar a dos mandatos la permanencia en un mismo
cargo público.
8. Suprimir los
privilegios de los diputados:
a) Fiscales: retribuciones no sujetas al IRPF.
b) Pensiones: devengan la máxima pensión con solo dos
legislaturas (ocho años).
9. Admitir el voto libre en cuestiones de conciencia.
10. Admitir las
listas abiertas.
11. Imponer a los
diputados la obligación de dar cuenta de su actuación en el distrito por el que
fueron elegidos.
12. Prohibir a los
ministros y jefes de Gobierno cesados el cobro de una pensión pública cuando
perciban ingresos por actividades privadas.
II.
De índole política
1. Ley electoral con segunda vuelta.
2. Nueva ley de indulto.
3. Fusión por absorción de los municipios con menos de
5.000 habitantes, comenzando por los menos poblados.
4. Eliminación de las Diputaciones provinciales.
5. Id. del Senado o, como alternativa, atribuirle las
funciones de cámara de representación territorial. En todo caso, disminuir el
número de senadores a 2 por comunidad autónoma como hacen en EE.UU con los
estados.
6. Ley de eliminación de aforamientos.
7. Cambiar el distrito electoral provincial por el de
comunidad autónoma.
8. Supresión de los ministerios cuyas competencias están
transferidas a las comunidades autónomas (Cultura, Sanidad, Vivienda y
Educación).
9. Ilegalizar la concesión de amnistías fiscales.
10. Nueva
regulación de retribuciones de la función pública con criterios de
racionalidad. Carece de lógica que ministros y jefes de Gobierno tengan sueldos
inferiores al de determinados cargos (gobernador del Banco de España,
presidente del Tribunal Supremo, etc.)
11. Limitar el
número máximo de asesores de ayuntamientos, diputaciones, comunidades
autónomas, ministerios y presidencia del Gobierno.
12. Imponer a los
altos cargos no electos la obligación de someterse a un examen en el Parlamento
como se hace en EE.UU.
Omito la justificación de las propuestas
porque se deduce de su enunciado. La mayoría no exigiría la reforma
constitucional.
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