Pocas veces nos damos cuenta de la profunda
transformación demográfica experimentada en el mundo en general y en España a
lo largo del siglo XX como muestra el crecimiento de la población mundial que
pasó de 2.000 millones a 7.000 entre 1901 y 2000.
Ciñéndonos a nuestro país, los cambios
fueron notables, y en algunos aspectos, dramáticos. Sirvan de ejemplo los
siguientes hechos: éxodo rural que implica el crecimiento de las ciudades y el
abandono del campo; aumento de la esperanza de vida que se duplicó
prácticamente en el período; la drástica reducción de la tasa de natalidad que
no compensa las bajas por mortalidad; y finalmente el incremento de la edad
media.
Como consecuencia del menor número de
nacimientos y la prolongación de la longevidad, estamos inmersos en un proceso
de envejecimiento poblacional con un número creciente de personas mayores que
ya representan el 20% del censo total. Una de cinco personas tiene 60 o más
años.
De esta nueva estructura demográfica
derivan una serie de problemas a los que es preciso dedicar la atención debida.
Uno de ellos es como hacer satisfactoria
y a la vez productiva la larga etapa de la jubilación, que
afortunadamente coincide cada vez más
con una buena calidad de vida, compatible con el desarrollo de múltiples
actividades, hasta el punto de que se pueden ver a mayores que ayudan a jóvenes en lugar de
jóvenes que cuidan a mayores.
Reconociendo esta realidad, se ha instituido
el Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional
2012. La finalidad consiste en participar plenamente en la sociedad y dar a los
mayores autonomía en la vida cotidiana que les haga sentirse más activos como
ciudadanos.
El Año Europeo 2012 aspira a fomentar el
envejecimiento activo en tres ámbitos: empleo no lucrativo a través del
voluntariado en ONG, aumento de la autonomía personal y participación en tareas
sociales.
En resumen, se pretende que la
participación de los mayores se despliegue, tanto en actividades sociales como
en casa y en la comunidad. De esta manera se sentirán más integrados, más
solidarios y más satisfechos al devolver a la sociedad una parte de lo que
recibieron de ella. Cada uno puede participar en lo que mejor domine,
escogiendo la ONG más afín a sus preferencias.
Precisamente el 1 de octubre es el día
escogido por la Xunta para conmemorar el Día de las Personas Mayores,
convocarlas a acciones de voluntariado y dar a conocer los programas de esta
índole que lleva a cabo la Comunidad Autónoma por medio de la Secretaría
General de Política Social.
La iniciativa es merecedora de la más
favorable acogida, y es de esperar que rinda óptimos frutos y que redunde en el
fortalecimiento de la solidaridad entre generaciones. Todos saldríamos ganando.
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