Representantes cualificados de los partidos
políticos, banqueros avariciosos y promotores de viviendas aprovechados tienen
buena parte de culpa del desastre que
sumió a España en un agujero negro del que no se atisba la salida a corto ni a
medio plazo, y a largo, como decía Keynes, todos muertos.
Los que están al mando actúan al dictado de
Fráncfort, Bruselas o Nueva York, y se justifican sosteniendo que no hay
alternativa y que hacen lo que hay que hacer, lo cual consiste en conjugar sin
descanso los verbos ajustar, recortar y
gravar con más impuestos a la clase
media y a los trabajadores, sin importarles las penurias, estrecheces y dolor
que causan con sus medidas adoptadas, sin escuchar a nadie que disienta.
El diagnóstico compartido es que España ha
asumido una deuda pública y privada que por su volumen no sabemos como pagar.
Ello conlleva la necesidad de despertar del sueño de creernos dueños de una
riqueza que era ficticia y enfrentarnos a la infausta realidad en la que
estamos metidos de hoz y coz.
Como todo problema, este admite más de una
solución, y la que se adopte estará influida por la forma de pensar y las ideas
preconcebidas; en síntesis por la ideología política de quienes gobiernan que
hoy es el neoliberalismo, el tratamiento a implementar, a fuer de justo, debe
distribuir los sacrificios de forma equitativa y equilibrada, sin confundir a
justos con pecadores y no tolerar excepciones ni privilegios. En definitiva
huir de descargar el peso de la crisis sobre los hombros de los más débiles.
Las metas a conseguir son reducir el
déficit presupuestario de las distintas Administraciones, aumentando los
ingresos y minorando los gastos. A tal
efecto, propongo algunos ejemplos
susceptibles de producir los efectos
deseados.
I. Cómo recaudar más:
a)
A corto plazo
Recuperar los
impuestos sobre patrimonio y transmisiones
Gravar las SICAV
Reforzar la lucha
contra el fraude
Imponer un
gravamen especial sobre los mayores ingresos
b)
A medio plazo
Implantar la tasa
Tobin
Reforma fiscal
que grave por igual las rentas del trabajo y las del capital
Supresión de
sociedades pantalla o ficticias sin actividad comercial
II. Cómo reducir gastos:
a)
A corto plazo
Exigir el cobro de la deuda de los equipos de
fútbol
Eliminar los
cargos de asesores en las Administraciones. Para esa labor está el personal
técnico.
Reducir al
mínimo la publicidad institucional
Recortar las
emisiones de las TV públicas en horario nocturno
Clausurar las
embajadas autonómicas
Restringir los
viajes de parlamentarios y jueces al extranjero
Revisar las
subvenciones y las desgravaciones del IRPF y del impuesto de Sociedades
Restringir el
uso de coches oficiales
Reglamentar
los sueldos de los funcionarios y políticos
Suprimir los
empleos de funcionarios nacionales y autonómicos redundantes
Controlar y dar publicidad a los gastos de agencias y
organismos públicos (Banco de España, Comisión Nacional del Mercado de Valores,
Defensores del pueblo, Tribunal Supremo, Consejo General del Poder Judicial,
etc.)
Suprimir la
asignación a expresidentes del gobierno, exministros y exdiputados cuando
perciban ingresos de la empresa privada de igual o superior importe
Eliminar los
partidos de fútbol en horario nocturno
b)
A medio plazo
Suprimir
las diputaciones provinciales
Reducir a la mitad el número de municipios
Reforma o supresión del Senado
Eliminar los monopolios que aún subsisten
Regular la proliferación de televisiones
públicas
Reorganizar organismos públicos que acumulan
cuantiosas deudas AENA, ADIF, RENFE, FEVE, etc.
En resumen, se trata de racionalizar la actividad económica y la función pública y
ajustar la presión fiscal a lo dispuesto en la Constitución.
En cuanto a las propuestas hechas, no dudo
que habrá quien las considere el chocolate del loro. Mi respuesta sería que en
conjunto es demasiado chocolate y responden también a la necesaria ejemplaridad
de la ley.
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